SQUASH NEFTALÍ JURIQUILLA
  Textos y squash
 

 


      Exaltación del squash
  
1.-Si en el squash, como en el antiguo juego de pelota, la existencia de la luz fuera representada por el ganador, la honra de la decapitación correspondería al jugador sometido.

2.- En el squash, interesa estar bien. De salud, de talante, de espíritu. El dios del squash, habita en la cancha, junto a las lámparas altas, justo hacia donde claman los jugadores, cuando, por ejemplo, invocan la justicia divina ante un error arbitral.

3.- En general, el squashista de alto desempeño es tan abnegado en sus deberes como un seminarista franciscano, y siempre al igual que éste busca la perfección. De la técnica más que de su alma, claro. (Ganar un juego, sobre todo si es de torneo, es ganar el cielo). Aunque también busca su ánima, y hay quien es potro, cobra, halcón, puma para desplazarse, para atacar, para percibir, para saber.
 
 4.- Cada punto que los jugadores se anotan entre sí, son verdaderos prodigios de la física al hacer a la pelota viajar, patinar, frenar, girar, encogerse y recrearse por las líneas angulares, o verdaderamente, esconderse en los muros. Todo, es un milagro en sí, pero un milagro previamente entrenado y dominado, pues a la hora de la verdad, no se inventa. Se ejerce lo circunstancial dentro de un universo rigurosamente estudiado, observado, ensayado. 

5.- Un jugador experto sabe de cuales formas puede ser engañado, y en general, lo que va a suceder después de un movimiento del contrario, por imperceptible que parezca. Conoce las opciones de que dispone, desde que el otro tira o se coloca con tal o cual posición, tal o cual gesticulación, tensión, etc.
En su respuesta siempre buscará el daño ya sea súbito, frío y letal o insidioso e inteligente creando espacios y posibilidades a través de una táctica avanzada que tarde o temprano derrumbará al oponente.

6.- El squash es el juego donde siempre hay lugar para salvar lo irremediable, para alcanzar lo inalcanzable, para desafiar la medida del tiempo, la distancia y la lógica. Donde otros se darían por vencidos, el squashista ni siquiera duda; se lanza sin concederse tiempo de elegir, y triunfa, y cada vez realiza nuevos prodigios.

7.- En cuanto al entrenamiento de un squashista comprometido, consiste entre otras muchas cosas, en el estudio de las variables del juego, así como en la optimización física, que incluye arduos y complicados ejercicios, monitoreo médico, ejercitación extrema, así como alimentación programada.
 
Y como otros muchos deportistas el squashista se valora y se cuida de un modo especial: fuera de la cancha evita en la medida de lo posible los accidentes y todos los riesgos innecesarios, pues de otro modo arriesga días, semanas o meses de entrenamiento e incluso la posibilidad de volver a jugar; en cambio dentro de la cancha
la seguridad pasa totalmente a segundo plano, aquí la mayoría arriesga la vida por un punto, aquí no hay tiempo para el miedo, además morir en batalla nunca dejará de ser para el auténtico guerrero la única muerte bella.
 
8.- La técnica del squash, de manera práctica y oral está muy difundida, existen videoconferencias, reproducción de juegos y excelentes libros que abordan problemas e incógnitas de todas clases, en estos medios de enseñanza se busca inculcar una lógica de trazos geométricos, y mostrar los puntos esenciales para el dominio del juego. Los principios básicos tienen en cuenta el conocimiento, la división y la clasificación del área de juego y paredes de una cancha. Se hace distinción de espacios bajos, medios, etc. y se estudia su aprovechamiento. Pero lo que un jugador puede lograr, con esas nociones es lo más importante, partiendo de las características anatómicas y funciones del cuerpo humano.

9.- Para mejorar se exige de los jugadores la permanencia en la cancha de squash, pues ahí es su laboratorio de trabajo. Pero si en las tareas escolares es bien visto el estudiante entregado, en las tareas deportivas, algunos familiares del jugador constante, se preguntarían si debería haber grupos de deportistas adictos anónimos.

10.- El trofeo, pues, no siempre consistirá en el beneplácito de la familia del jugador. Una gama de efectos de gran belleza visual será su trofeo, cuando avance técnicamente. Podrá, al fin, sustraerse de todo lo que ocurre tras los cristales de la cancha. Su concentración será comparable a la de un gran maestro tibetano.  

11.- A quienes lideran dignamente los diferentes recintos de squash en todas las latitudes del mundo, ¡os saludamos!
12.- Normalmente, un jugador feliz, impulsa a sus instructores y los retroalimenta, pues siempre es gratificante aportar esfuerzos y tiempo a quien participa contento y ávido de práctica y conocimientos, en paz consigo mismo.

13.- La consagración al deporte proporciona, indudablemente, el necesario equilibrio de la personalidad y el fortalecimiento de la mente, tanto que el deportista se acostumbra a hacer y pensar para ganar hoy y dominar mañana, su mente trabaja sobre todo para el triunfo en el nivel siguiente. 
Discordia, envidia, ira, derrota, humillación, soberbia, adulación son unos de tantos obstáculos que tendrá que superar para ir más allá.

14.- Afortunadamente, en cada templo de squash, surge un sacerdote, siempre dispuesto a dirigir a los fieles en el camino de la perfección, y además con el don profético para guiar hacia la grandeza a niños y jóvenes que destacan por su perseverancia. 

15.- Un deportista con ambiciones firmes tarde o temprano, logra organizar sus actividades escolares, profesionales, laborales, familiares, etc, para evitar que problemas inesperados de índole económica, afectiva o académica interfieran con su plan de entrenamiento. Normalmente, la brillantez de una piedra preciosa, resalta en todas sus caras o facetas.

16.- El jugador de squash de por la mañana, diría el filósofo, no es el mismo jugador de por la tarde, pues el de por la mañana “ya pasó”. Sin embargo, cuán eficiente es la función cerebral de la memoria, para recordar con tal minuciosidad al jugador de ayer. Y para exigir del atleta nuevos esfuerzos, como réditos del capital acumulado.

17.- El squash como integración teórico-práctica es un deporte con abundante gama de expresiones, figuras y efectos de gran genialidad, que enaltecen las ciencias y las artes, al igual o mejor que sucede con el tai-chi, la gimnasia y la danza. También es un arte que se renueva y se desarrolla en cada acto, en cada encuentro…
Profundicemos. El hecho de que una cancha, sea hasta cierto punto reducida y parecida a una jaula, en la que dos jugadores siempre se alternen para golpear una pelotita y se enfrasquen en un mismo objetivo, el conteo de puntos para ganar un partido, es, superficialmente visto lo más lineal y monótono, hasta insensato. ¿Qué significa esa aparente repetición de hechos? ¿Qué de bueno puede haber en ello? ¿Si comparáramos lo anteriormente descrito con actividades de más oxigenación y libertad espacial, como el montañismo? El poder ascender hasta la cima de una montaña, experimentando los drásticos contrastes climáticos y, por ende, variantes de colorido, orografía, flora, presión del aire, y todos los estados de ánimo, evocaciones, reflexiones, o sencillamente la quietud que tal riqueza va estimulando. El mundo se da cuenta, por decirlo así, de que uno está ahí, y viceversa. Esto es de orden elevado.
En el squash, en un mundo siempre igual en apariencia, el lugar para el análisis, la reflexión y la contemplación está dado en los momentos en que no hay espectadores. Jugadores hemos visto, que en medio de sus sesiones, durante un rato de descanso, se quedan dormidos pensando, probablemente, en el inabarcable y sorprendente potencial del cuerpo humano que incluye una mente indagadora que abre emocionantes puertas antes ignoradas.
 Dentro de un esquema uniforme, cerrado y simple, ¿qué tiene por inventar el hombre? ¿O es que ahí no hay espacio para ejercer su facultad creadora? En un espacio tal, la mente se solaza despertando su mejor inventiva, con la fuerza incontenible de lo nuevo, de lo naciente. En el juego de repeticiones durante los esquemas de entrenamiento, ciertamente se usan fórmulas o ecuaciones iguales en estructura. Pero aquel que haya ahondado suficiente en una disciplina sabe que el dominio absoluto de las bases abre las puertas de la sabiduría.   
El área de juego crece un poco, y la cancha adquiere mayores dimensiones que la montaña, desborda incluso el basto universo de la mente conciente hasta tocar los límites de la región de los sueños.
 
18.- ¿Una máquina podría jugar squash? Verdaderamente, los jugadores experimentados, utilizan el cuerpo y el brazo con una fuerza propulsora imposible de concebir para una persona que acaba de agarrar una raqueta. Es auténticamente imposible imitar ese poder sin años de entrenamiento así sea la persona más fuerte del mundo. Un jugador de squash es en este y en otros sentidos positivamente sobrehumano. 

19.- En el squash, como en otros deportes, la comunicación eficiente es fundamental para transmitir los conocimientos, ya que en ocasiones, hasta los mejores maestros son incapaces ya no de hacer comprender la razón de incluir en el entrenamiento un nuevo elemento técnico, sino hasta de explicárselo a sí mismos. Saben cómo hacerlo, pero sin abarcar sus implicaciones, y sin llegar a jerarquizar adecuadamente cada premisa o dato complementario que conforma la técnica ideal. Para ilustrar lo anterior, pongamos como ejemplo una cuestión. Todos, por lo general, desde que afianzamos el aprendizaje de caminar  lo hacemos cotidianamente, pero si alguien que nunca lo hubiera hecho, o que habiendo caminado, requiriera rehabilitación después de un accidente, nos preguntara en qué consiste caminar, o cual sería la forma de optimizar esa acción, quizá ni siquiera un excursionista podría explicarse satisfactoriamente. Una mente analítica, en cambio, siempre se aproxima mejor a la comprensión y explicación ideales.
El cometido del buen entrenador es, además de él mismo buscar el nivel más alto, analizar, registrar y racionalizar los recursos adquiridos para estar en condiciones de transmitirlos en todos sus detalles tanto en el aspecto teórico como en el práctico.

20.- De todos modos, la solución del juego del squash es muy simple:
Saber perfectamente que hacer, y hacerlo.

21.- ¿Cómo se prepara un squashista de corte mundial?
Un squashista así debe empezar desde muy chico, inculcarsele el gusto por este deporte, nunca la obligación de jugar, acercarle las herramientas que le permitan avanzar lo más rápido y sin riesgos, entrenadores reconocidos, médico, psicólogo, nutriólogo, etc y creer en él, olvidarse del estigma del talento e impulsar sus logros pequeños o grandes todo el tiempo. No todos pueden ser el número uno del mundo pero la mayoría alcanzará niveles extraordinarios, mágicos… 
Es costumbre muy arraigada la de desvirtuar en lugar de reconocer los logros de los deportistas. Y los squashistas no se salvan de ello. Cuando menos en México, durante los torneos de alto rendimiento frecuentemente se escuchan comentarios negativos en relación a los participantes –que, normalmente están clasificados entre los mejores 30 del país. "Ya está acabado", "ya no pasará de ahí", "le falta talento", "nunca rebasará los logros de tal...", etc. Lo peor es que esto tarde o temprano llega a los oídos de los destinatarios, quienes muchas veces lo suponen cierto y se someten a la premonición. Esto también sacude con fuerza a los jugadores en progreso ya que si se opina de ese modo de lo héroes, lo mismo se dirá de ellos. ¿Para qué seguir esforzándose?
El jugador que se aplica llegará a ser de una élite muy especial tarde o temprano, no importa lo que opinen tantos cándidos espectadores; no importa tanto estar entre los 10 primeros, sí importa no estar entre los 60 millones últimos.

22.- Así como muchos de los grandes futbolistas han sabido sobresalir desde niños, (No es raro, que los momentos intensos de las prácticas deportivas representen lo más gozoso y de digno recuerdo en la vida de una persona), lo mismo jugando sobre terrones, laderas o entre el tráfico sobre pavimento, así los squashistas saben bien de jugar en canchas amorfas, a veces medio oscuras, resbalosas, quizá húmedas, abolladas, sucias, o teniendo como contrincantes ogros estorbosos, lo mismo que princesas encantadas, niños, ancianos, magos del squash, etc.
En esta época, en la que se cuenta con modelos de desarrollo arquitectónico más prácticos y benéficos para los usuarios, afortunadamente existe una escalada de construcción de canchas de squash en las que sus propietarios rivalizan en originalidad, estética, planeación en el uso de materiales, distribución de espacios, ventilación, iluminación, seguridad, y sobre todo, rigor en cuanto a la precisión de medidas y calidad de superficies que permitan el desarrollo perfecto del juego.

23.- Aunque muchos lo sepan, y parezca ocioso decirlo, es muy curioso, el que muchas personas que quieren incursionar en el squash, enfrenten un desafío insospechado: Disfrazarse de deportista. A más de la acción en sí, del juego, todavía, se ha de enfrentar el reto de correr en público, ya que las canchas de squash son auténticas peceras donde en diferente escala se experimenta cuando menos un doble sentimiento: la incomodidad de ser observado, pero también la oportunidad de lucir las mejores prendas, es decir, habilidades.
24.- Cualquiera que ha tenido ocasión de ver la habilidad de un campesino al usar el hacha y machete para seccionar la madera o segar al vuelo su mies, o la destreza del albañil al sancochar sus mezclas y bombardearlas con la cuchara, envidiará el “revés” y el tino tan codiciados en el squash. El impulso certero en el corte de milpa, o el sonido del marro de hierro forjado contra el concreto, nos darían referencias invaluables para aplicar en el squash, al golpear la bola. Desgraciadamente falta mucho para que el squash sea tan popular, que pueda verse mimetizada este tipo de destrezas en él.

25.- El squash, como otros deportes, a nivel profesional, e incluso a nivel de contienda formal, suele ser frustrante, y las causas pueden ser: la falta de entrenamiento, lesiones, tibieza en general, falsos supuestos, en los que un jugador piensa que ha alcanzado un nivel idóneo cuando no es así, indecisión, etc. Porque, hablando sin rodeos, el squash, es fascinante si se gana, y sólo si se gana. Las derrotas son parte fundamental del avance, pues sirven para recapitular, son un medio de perfeccionamiento, pero el fin y justificación de todo es el triunfo, siempre.

26.- Sin embargo el jugador triunfador, no lo olvidemos, es el jugador aplicado. Para éste, el squash siempre es divertido. Entrena –estudia el squash- con asiduidad e inevitáblemente gana.
 
27.- Por lo general, los jugadores de squash con buen desempeño, han practicado o practican algunos otros deportes, y actividad física diversa. Desde luego, los hay, bastante diestros en tenis, basquetbol, frontenis, futbol, raquetbol, ciclismo, maratón, béisbol, golf y otros. Y las capacidades desarrolladas, previa o simultáneamente, aunque modifican y hasta contaminan la técnica del squash, también la llegan a enriquecer. De hecho en los entrenamientos se usan referencias de otros deportes para ilustrar mejor un nuevo dato técnico. 
 El squashista es constantemente hombre fuego, hombre viento, hombre torrente.

28.- Se ha visto que el squash a diferencia de otras actividades recreativas como el boliche, el tenis, algunas artes marciales, etc., es por lo general, menos de las simpatías de los familiares de los jugadores. Si se tratara de ir a platicar en la cancha mientras se mece la pelota entre uno y otro jugador, como ridículamente sucede en algunas telenovelas y películas, probablemente sería más popular.

29.- ¿Qué nos sugiere el incomprendido apasionamiento del squashista?: Hay quienes intuyen una realidad más allá de la aparente, y no se resignan; quieren verla, quieren palparla. Diremos como el acróbata: “Todos mueren; pocos viven”.

Gabriel Lara Klahr     
 
 



SERÁ UNA FIESTA PATRIA EL PRÓXIMO CUMPLEAÑOS DE EDGAR ZAYAS

 

 

 

El campeón mexicano Edgar Zayas pareciera haber sido predestinado para representar a los deportistas mexicanos en el gallardo deporte del squash.

El ser un “squash kid” por su arduo régimen de entrenamiento y pertenecer a una diestra familia de squashistas, ha redituado en récords internacionales inéditos.

 

Perdonen los lectores, pero me precio de haberle ganado en dos ocasiones a nuestro Giovanni dos Santos del squash; la primera sólo me dio diez y medio puntos de ventaja de once en juego, la segunda quien sabe cuántos. El caso es que Edgar Zayas disfruta el squash, y hasta juega de buen grado con cualquier persona no importandole su nivel, contrariamente a lo que sucede con otros jugadores.

 

Peculiar coincidencia que como destinado a héroe nacional nace el día de la bandera.

 

 

Gabriel Lara Klahr      Feliz diciembre 2009





Duelo a vida

 

 

El squash es un deporte de climas fríos. Y al decir squash no nos referimos sólo a la grandiosidad del invento del siglo (¿?) llamado squash, con su fastuoso acopio de cualidades de todos los órdenes semejante en todo a las divinas gestas deportivas de la edad de oro griega, integradas en medio del esplendor del pensamiento, la cultura, el heroísmo y la virilidad. Nos referimos, pues, también a los squashistas, o sea, quienes con su mejor animalidad en una jaula fría se desgarran a sí mismos interior y exteriormente y someten física y mentalmente a su enemigo, teniendo como invitados los más loables sentimientos y jamás al odio.  

Gabriel Lara

 
 
  Hasta hoy hemos contado 83742 visitantes (164606 clics a subpáginas) en esta página!  
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis